Las semillas de amapola provienen de la flor del mismo nombre y, como la mayoría de las semillas, son ricas en fibra, grasas vegetales insaturadas y varios micronutrientes.
Tienen un sabor suave y un color grisáceo y pueden ser empleadas directamente sobre el plato cocinado (verdura, sopa, pasta) o previamente tostadas, lo que realza su aroma y sabor.